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Somos la naturaleza expresándose a sí misma: Arun Ruz
Impresiones de un joven nacido y criado dentro del Consejo de Visiones - Guardianes de la Tierra
By El Proyecto Esperanza Posted in Consejo de Visiones, Proyecto Esperanza, Reflexiones, Serie de oradores EcoSapiens on 15 septiembre, 2022 One Comment
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Arun Ruz Acosta nació en un mundo mágico de caravanas, talleres de permacultura e interacción con comunidades indígenas. Creció en una ecoaldea en la zona rural de México co-fundada por su propia familia. Fue un entorno social donde nacieron diferentes movimientos regenerativos, enfocados en promover el desarrollo de la conciencia humana a través del arte, la ecología y la cultura, integrando la ciencia y las cosmovisiones de los pueblos indígenas.

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Arun liderando el Consejo de Jóvenes en El Llamado del Agua, XV Consejo de Visiones en Bacalar, México. 2017. Foto de Tracy Barnett

Su bisabuelo, el arqueólogo Alberto Ruz Lhuillier, fue un experto en cultura maya que descubrió la Tumba del Rey Pakal en Palenque; su abuelo Alberto Ruz Buenfil es cofundador del Consejo de Visiones y la ecoaldea Huehuecóyotl, y es uno de los principales promotores del movimiento por los Derechos de la Madre Tierra en América Latina; su padre, Odin Ruz, es uno de los primeros profesores de diseño permacultural en México, y fundador de muchas iniciativas y proyectos sobre el tema. Su madre, Kena Acosta, es partera, curandera y danzante tradicional.

Junto con Earth Sky Woman Tami Brunk, lo invitamos a ser parte de la Convergencia Restaurando la Cultura Sagrada en las Américas y la serie de oradores EcoSapien de un mes, donde exploramos los conceptos sobre la “cultura sagrada”, la vida en la tierra y en el camino, rebeldía y cambio sistémico, y la “experiencia cercana a la muerte” del planeta en este momento presente.

Arun comenzó a tocar instrumentos musicales y a componer canciones desde muy temprana edad. Foto cortesía: Arun Ruz

Aquí está nuestra selección de algunas de las mejores partes, y puede hacer clic en el video de arriba para ver la conversación completa, con una breve participación de su abuelo y su padre.

“Me siento como un pariente de la naturaleza. Y creo que el resultado en mi vida es que no me siento como un extranjero, o un extraño en ninguna parte”.

Arun


Para Arun, pensar en los orígenes de las cosas y de la vida es sagrado en sí mismo. “El momento en que nacimos, aunque seamos ateos, es un misterio que no recordamos. Es la base de nuestra comprensión de algo que es sagrado. Y el tiempo no es lineal, no es el origen, siempre regresamos. También la muerte; no importa si no te gusta la palabra sagrado, se siente como algo sagrado. El origen y el destino son algo que es sagrado”.

“La cultura es el origen de nuestra relación con la naturaleza. La cultura proviene del cultivo, proviene de la comprensión de los ciclos de la naturaleza, los ciclos del año, las estaciones, la comprensión de que una semilla crea vida, la comprensión de los vínculos y relaciones básicos de la naturaleza y cómo interactuamos con ellos”.

“Cuando las personas reconocen su origen y su destino con respecto a algo sagrado, su relación con la naturaleza, con las estrellas, con el cosmos como algo sagrado, ésa es una cultura sagrada”.

“Me siento como un pariente de la naturaleza”. Foto cortesía: Arun Ruz

Desde muy pequeño uno de sus conceptos favoritos ha sido la conciencia colectiva, y tuvo una visión muy fuerte que le ayudó a entenderlo:

“Creo que mi mayor experiencia en un Consejo de Visiones fue cuando tenía 15 años y literalmente pude ver una red de luz invisible que unía a todos con los árboles que nos rodeaban y con el sol y las estrellas. Y yo estaba como ‘Sí. La conciencia colectiva existe.”

“Y en esta conciencia colectiva que estamos viviendo, sentimos este momento como una experiencia de transformación cercana a la muerte, donde el objetivo es renacer en nuestra propia conciencia, y no morir, sino transformarnos, estar al servicio del espíritu en este planeta y estar al servicio de la vida en este planeta. Tenemos que restaurar nuestro vínculo espiritual con el universo y con el planeta y con la vida misma para entregar nuestras almas al servicio”.

“Y en esta conciencia colectiva que estamos viviendo, sentimos este momento como una experiencia de transformación cercana a la muerte, dónde el objetivo es renacer en nuestra propia conciencia, y no morir, sino transformarnos, estar al servicio del espíritu en este planeta y estar al servicio de la vida en este planeta. Tenemos que restaurar nuestro vínculo espiritual con el universo y con el planeta y con la vida misma para entregar nuestras almas al servicio”.

Imagen destacada: Arun dirigiendo un canto con el Consejo de la Juventud en El Llamado de la Salvia (Jalisco 2015). Foto de Svante Vanbart.

Tami: ¿Cómo percibes las diferencias culturales entre las personas del Norte y del Sur? ¿Y cuáles son algunos regalos que podemos darnos unos a otros?

Arun: Sí, bueno, ya no creo en el Norte y el Sur, porque ahora tengo Google Earth y ahí puedes ver cuántos kilómetros hay de un punto a otro. En un mes voy a viajar al Amazonas y tengo que ir primero a São Paolo, y luego ir a este lugar en el estado de Acre. Y la distancia entre Sao Paolo y Acre es casi la misma que la distancia de Acre a la frontera de México.

Entonces ya no creo tanto en las diferencias culturales entre el norte y el sur, ahora veo que, por ejemplo, los mayas eran más cercanos a los arhuacos de Colombia. Puedes ir a Colombia, al Putumayo, y hablar con los ancianos y hablarán sobre conceptos Mayas y palabras mayas. Y están presentes en sus culturas. Y al mismo tiempo, los Mayas estaban cerca del pueblo Cree y del pueblo Lakota en América del Norte. Incluso con la gente de la región ártica, que están tan lejos del centro de México. La cultura teotihuacana probablemente estaba más cerca de vincularse con los amazónicos que con los inuit. Pero no sé por qué todos tienen palabras y conceptos similares con ambos.

Cuando estoy entre indígenas me siento como en casa y aprendo mucho. Foto cortesía: Arun Ruz

Me encantan los idiomas y en especial las lenguas indígenas. Tengo facilidad para recordar palabras en lenguas indígenas y me encanta explorarlas. Y me siento como un miembro del vecindario. Me siento como un miembro del barrio, cuando estoy con indígenas me siento como en casa y aprendo mucho. Incluso tengo algunos amigos en WhatsApp, indígenas de diferentes lugares, y nos estamos enseñando entre nosotros. Yo les enseño español y ellos me enseñan sus idiomas, e intercambiamos como amigos. Por ejemplo, la semana pasada aprendí que en el idioma de la tribu Katukina Noke koi del Amazonas, el agua se llama “wak´á”, similar a la palabra para “sagrado” en Lakota, o como un ángel o energía del cielo en Hopi.

Desde la izquierda, Alberto Ruz, Matziwa, Armando Loizaga, Arun, el líder seri Chapito Barnett y Jose Angel Flores Corona “Wambli”, Danza del Sol, Chalmita 2014 ( Foto Cortesía de Arun Ruz)

Algunos pueblos indígenas hablan de la conciencia como un líquido de las estrellas, a veces como un agua cósmica penetrante. Estos conceptos mágicos o místicos están en el centro de la cosmovisión y la forma de entender el Universo en diferentes culturas del Norte y del Sur.

“En realidad la naturaleza misma no tiene fronteras. Es como una cultura o un idioma: no termina con una línea invisible”.

Arun Ruz
“La naturaleza no tiene fronteras. Es como una cultura o un idioma: no termina con una línea invisible”. (Foto cortesía: Arun Ruz).

Tami: Quiero volver al principio porque me encanta la forma en que describiste sentirte arraigado, esa parte de cómo te sentiste al crecer. Y creo que eso es muy interesante teniendo en cuenta lo nómada que has sido toda tu vida. Ése fue el legado que te dieron, pero te sientes arraigado como miembro de esta Tierra, la comunidad de la Tierra, quizás la familia de la vida. ¿Puedes hablar un poco sobre estar arraigado en una cultura global nómada?

Arun: Sí. Recuerdo que estaba en una ceremonia con mi mamá cuando tenía 17 años más o menos. Y estábamos en los Andes y era la primera vez en mi vida que tomaba Wachuma y estábamos en la cima del fin del mundo, caminando al borde de un precipicio. Y me quedé sin palabras. Y vi las estrellas y dije, “mientras esté mirando las estrellas, me siento en casa”. Entonces, el día en que vea el cielo nocturno y no haya estrellas, creo que ese será el día en el que me sentiré como, Oh, ¿dónde diablos estoy?

Arun en el Primer Foro Internacional por los Derechos de la Madre Tierra, Ciudad de México, 2016. (Cortesía de Arun Ruz)

Tami: Estás hablando mi idioma. Wow. Muchas gracias por todo lo que dices. Voy a llevarnos de vuelta al presente, a este momento. Entonces, donde te encuentras es en Baja California, ¿no? Estás gestionando un proyecto allí. ¿Puedes contarnos un poco más sobre lo que estás haciendo por allá?

Arun: Bueno, este proyecto está en un proceso de composición interna. Así que todavía no estamos ahí afuera compartiéndolo abiertamente. Pero lo que puedo decir es que conocí a algunas personas que son parte de una comunidad increíble aquí en Baja, y realmente quieren hacer una comunidad de diferentes comunidades. Quieren traer una especie de renacimiento cultural a esta parte de México, y entonces estamos creando una especie de comunidad, reuniendo a diferentes personas interesantes de todo el mundo para compartir sus experiencias y explorar cómo podemos crear un hermoso lugar para vivir, básicamente, y para crear arte y experimentar con la ecología. Y creo que es algo que mucha gente está haciendo en diferentes partes del mundo.

Sabes, estaba muy, muy arraigado a mi lugar, a mi pueblo, a la tierra donde crecí, y a las montañas donde me siento más conectado. Podría dar mi vida a ese territorio, ¿sabes? Pero a veces simplemente sientes el llamado de salir, y me encantaría tener la oportunidad de hacer lo mismo que estoy haciendo aquí en mi ciudad natal. Pero no están las personas adecuadas en el momento adecuado con las herramientas adecuadas. Así que estoy aprendiendo lo más que puedo en Baja y espero poder aprender lo suficiente para poder replicarlo en los otros lugares que amo de este planeta.

De izquierda a derecha, la madre de Arun, Kena Acosta; su hermana Iyari; su padrastro Juan; su hermana Munay y Arun. Los Pinos Complejo Cultural, Día del Maíz. (cortesía de Arun Ruz)

Tami: Absolutamente. Y creo que eso es algo universal, ¿verdad? Cuando amas la tierra de donde vienes y tu hermosa comunidad. Sin embargo, en el momento en que vivimos, existe la necesidad de plantar semillas en otras comunidades. Y entonces estás haciendo lo que tu familia ha hecho. Estás llevando eso al siguiente nivel. Eso es realmente inspirador.

Así que una de las preguntas que quería hacerte es sobre Internet, porque aunque han estado tan profundamente inmersos en una conexión con la armonía con la Tierra y estos aspectos, también son la generación que creció con Internet, crecieron de una manera muy diferente. ¿Cómo ves la Red? ¿Cómo ves las pantallas? ¿Cómo ves esta cultura y cómo se entrelaza con esta cultura tan terrenal?

Arun, al centro, liderando el Consejo Juvenil en el Llamado del Águila en Chalmita, México, 2010 (foto de Ivan Sawyer García)

Arun: Bueno, soy un poco radical en la creencia de que no existe algo no natural. Sabes, es difícil estar en esta forma de pensar en el entorno en el que estoy. En el entorno en el que crecí, estaba bastante en contra de lo “no natural”. Pero eso no me cuadraba. Me encanta la ciencia y me encanta la forma pragmática de pensar que todo proviene de la Naturaleza, y todo lo que somos es la Naturaleza expresándose. Tengo esta creencia de que todo lo que los humanos han creado es solo una exteriorización de algo que ya teníamos.

Nos encanta correr, y nos encantaría correr sin cansarnos tanto. Por eso inventamos los vehículos. Pero ya sabíamos cómo movernos. Y ya sabíamos cómo comunicarnos con alguien que está lejos, con intencionalidad y quizás con equipos. Pero necesitábamos alguna herramienta que fuera más eficiente, así que inventamos el teléfono.

Ya sabíamos que era posible viajar al espacio. Necesitábamos inventar estas máquinas. Así que creo que todo lo que los humanos han creado es parte de la misma experiencia humana. En cuanto a Internet, no creo que necesites leer todos los libros para tener mucha información o conocimiento. Ni siquiera necesitas tener acceso a Internet. Porque ya sabíamos antes de Internet y antes de los libros que había mucha información en la nube. ¿Sabe lo que quiero decir? La nebulosa, o las estrellas. O mirar una semilla y cómo crece. Y hay tantos procesos sucediendo. Si ves cómo un hongo está descomponiendo una hoja. Hay tanta ciencia allí, pero ¿dónde está almacenada toda esta ciencia? ¿Dónde se almacena todo este conocimiento? Así que necesitábamos inventar esa nube para poner toda esa información en el mismo lugar.

Así que simplemente no lo veo como algo sintético, algo no natural. Creo que es solo parte del viaje. Y solo estamos externalizando las herramientas que ya tenemos. Así es como lo siento.

Un momento especial entre abuelo y nietos, durante el Llamado del Agua en Bacalar, Quintana Roo, 2017 (foto de Tracy Barnett)

Tami: ¿Cómo entiendes el tipo de mundo contra el que tus mayores se rebelaron? Estaban creando algo nuevo, no solo rebelándose, sino creando algo nuevo. ¿Crees que el mundo en el que vives ahora es muy diferente del mundo en el que vivían ellos?

Arun: Creo que no existen las cosas buenas o malas por sí mismas. La política y los problemas del mundo que existen no son cosas estáticas. Son cosas dinámicas porque los humanos y las culturas son dinámicas y las formas de pensar también son dinámicas. Así que las personas no son buenas o malas por sí mismas. Pueden decidir ser malos en un momento determinado. Pueden decidir ser buenos en un momento determinado. Pero todo es dinámico. Entonces, cualquier idea que hayamos internalizado de que algo es malo, en realidad nos está haciendo daño a nosotros mismos, porque no es cierto, porque podría ser malo en este momento, pero podría cambiar.

Y si atravesamos este momento tan fuerte que estamos viviendo ahora, que los científicos dicen que es como una experiencia cercana a la muerte para el planeta, si logramos atravesarlo de manera positiva, podríamos volver a ser como niños en este planeta, redescubriendo todo lo que hemos inventado y utilizando Internet y todas las herramientas para entenderlo como una exteriorización de nuestra propia naturaleza.

Alberto Ruz Buenfil, izquierda – abuelo de Arun – en el sitio arqueológico maya de Pakal, donde el bisabuelo de Arun, Alberto Ruz Lhullier, descubrió el Templo Mayor. (Cortesía Arun Ruz)

Cuando Tami abrió la sesión de preguntas y respuestas, se había reunido un grupo impresionante, incluidos el abuelo de Arun, Alberto, su padre Odin, su abuela Gerda y su vecina Bea Briggs, otra cofundadora de Huehuecoyotl que ha sido líder internacional en el movimiento de ecoaldeas.

Alberto intervino, compartiendo que todo el trabajo que ha hecho a lo largo de su vida con las caravanas y el cruce de culturas lo ha llevado a creer en un mundo sin fronteras, por lo que no le extraña que su nieto piense así.

“No me gustan las fronteras, no me gustan las naciones”, dijo Alberto. “Deberíamos avanzar hacia una sociedad y una humanidad en la que no estemos separados por fronteras, visas y pasaportes. Y creo que llegará un momento en que seremos una nación arcoíris sin fronteras”.

Tres generaciones de revolucionarios: (de izquierda a derecha) Alberto, Odin y Arun Ruz vistiendo las camisetas del Consejo de Visiones Foto cortesía: Arun Ruz

El padre de Arun, Odin, también habló. “Realmente comparto contigo este sentimiento, Tami, de que él tiene una visión nativa holística del mundo que está en lo más profundo de su psique y su mente. Y lo veo como una esperanza para este mundo y para todos nosotros. Y ese es el mejor legado que podemos crear como humanos. Y supongo que el hecho de que Arun nació rodeado de medicina sagrada, rodeado de Naturaleza, rodeado de personas que apoyan el crecimiento de la conciencia y no la idea de separación, eso es lo que hizo que tuviera esta gran y fuerte certeza de una realidad de Unidad. ”

Arun, de tres años, con atuendo de danza tradicional mexica, Zócalo, Ciudad de México

Conmovido por el discurso de su hijo, recordó el momento en que, siendo un joven estudiante en la India, la joven vida que sería Arun anunció su llegada.

“Sabes, yo no estaba planeando tener a Arun tan joven. Pero cuando llegó realmente me dijo: ‘Ya voy papá, solo prepárate’. Y desde el mismo momento en que se anunció, lo abrazamos con todo el corazón. Y es una recomendación, supongo, si tienes hijos cuando eres joven, entonces pueden convertirse en compañeros de vida. Y luego puedes compartir tus valores y ellos pueden apoyarte en su propia interpretación de esos mismos valores más adelante en la vida. Y ese es uno de los mejores regalos”.

Arun y el arqueólogo Miguel Ángel Vázquez con trabajadores del sitio arqueológico de Palenque colocando la lápida de su abuelo Alberto Ruz Lhuillier. Foto cortesía: Arun Ruz.

Arun concluyó con una reflexión sobre el paso dela batuta — o de la antorcha, como se dice en inglés — a través de las generaciones.

“Creo que la idea central de la generación de mi abuelo fue cambiar la realidad que estábamos viviendo como humanidad para bien y aprender a hacerlo. Su idea era alejarse lo más posible del sistema.”

El pequeño Arun jugando fútbol con monjes tibetanos en Nepal (cortesía de Arun Ruz)

“Y ahora lo que siento que es mi tarea, y la tarea de muchos de mis amigos, es aprovechar al máximo lo que podemos aprender de estas experiencias de salir del sistema y devolverlas a los diferentes estratos del sistema y entrar en como el centro del corazón del sistema del que todos formamos parte, en el sistema nervioso central, ya sabes, para iluminar la glándula pineal del sistema. Ya sabes, es como ir tan profundo como podamos. Porque para mí el sistema no es malo, es solo saber cómo funciona. Así que estamos en este viaje de aprender cosas y estamos aprendiendo las mismas cosas. Es solo un proceso, un proceso natural de integración de nuestra experiencia de aprendizaje.”

De derecha a izquierda: Arun, su padre Odin Ruz, su abuelo Alberto Ruz, su abuela, la artista y botánica Gerda Hansberg, y su hermano pequeño Ezra Ruz Kaufman. Foto cortesía: Arun Ruz.

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Alberto Ruz Buenfil Arun Ruz Consejo de Visiones Huehuecoyotl


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