SANTO DOMINGO INGENIO, Oaxaca, México – En la estrecha cintura de Mesoamérica, en la región conocida como el Istmo de Tehuantepec, la innovación de un estudiante universitario y la voluntad de un funcionario del gobierno ha otorgado a un nuevo valor a la basura.
“Un pets” es el valor que se le ha dado a una botella de plástico tipo “Pet” y juntando varios se obtienen productos de la canasta básica; esta iniciativa es pionera en el Istmo y es impulsada por el joven Darwin Regalado Enríquez y el comisariado ejidal de Santo Domingo Ingenio, Fernando García Ríos. La finalidad es resarcir los daños del medioambiente y contribuir a la economía de los suyos. que está limpiando el medio ambiente mientras pone comida en la mesa.
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En esta ciudad de más de 7,000 habitantes, la conciencia ambiental ha ido en aumento, dijo Darwin, quien explicó que hace dos años pensó como ayudar al medio ambiente ante la generación excesiva de botes de plástico y fue que surgió la idea de intercambiarlos por productos de canasta básica.
“Ahora las botellas de plástico son las que tienen mayor demanda” y “ha sido sorprendente lo limpio que se ve el pueblo” recalcó Darwin, quién todos los viernes recibe cerca de 10 mil botellas de plástico que mujeres y sus hijos colectan por todo el pueblo.
Por ejemplo, 300 pets equivale a un kilo de azúcar o un litro de aceite, mientras que 100 pets a una lata de atún. “Las personas ya saben que todos los viernes es el canje y vienen con sus costales de botellas,” dijo Darwin.
“Ahora el río está más limpio y las calles lucen vacías de botes de plástico,” presume Doña Amable Cabrera, de 70 años de edad, que es una de las mujeres que cada viernes lleva sus enormes costales llenos de botes a un colector ubicado en la Casa Ejidal en el municipio de Santo Domingo Ingenio, en donde a cambio obtiene productos de la canasta básica de la “tiendita” ubicada en el mismo sitio.
Mensualmente al centro de canje arriban cerca de 40 hasta 50 mil botellas, las cuales son vendidas a empresas del ramo para ser reutilizadas, lo cual ha contribuido a la economía de las familias porque la tasa de desempleo va en aumento en esta zona.
Son mujeres y en su mayoría amas de casa las que hacen la labor de colectar las botellas, y algunas veces sus hijos las acompañan. Las juntan en enormes costales de plástico o de tela y todos los viernes los traen a cambiarlos por sus puntos.
Edith Domínguez de 34 años de edad y su pequeño hijo juntaron mil botes y obtuvieron a cambio un litro de aceite, un kilo de azúcar y de frijoles y una lata de atún.
“Mi esposo está desempleado, y es la primera vez que hacemos este intercambio de productos”, dijo Edith. “Caminé largos tramos junto con mi hijo para juntar los botes y me siento contenta. “Todo eso me sirve mucho porque dinero no tengo”.
Fernando García Ríos, comisariado del ejido Santo Domingo, explicó que este proyecto ha gustado mucho y para muestra es la limpieza que se percibe en la comunidad.
“Con lo que vendemos se compran las despensas y así se va surtiendo la tiendita”, dijo. “Algunas empresas eólicas también nos ayudan con algunos productos. Ahora nuestra casa ejidal tiene vida; antes nadie se asomaba por este sitio”.
Reconoció que nunca se imaginaron el éxito que tendría esta iniciativa, pero que ahora ven con gran alegría cómo su pueblo está limpio. Ahora el nuevo reto es hacer crecer la “tiendita” y convertirla en una tienda de cambio que habrá los siete días de la semana, donde reciben otros tipos de reciclables como latas de aluminio, y donde exista una variedad de productos, porque la intención es contribuir al ambiente y cuidar la economía de las familias.
“Ya no ha botes pets tirados, en las fiestas hasta la gente los pelea porque sabe que los puede cambiar por un bote de café o una bolsa de pasta para sus alimentos”, dijo Fernando, “y eso nos da mucho gusto porque la conciencia ambiental llegó a nuestro pueblo”.
Diana Manzo, reportera zapoteca desde hace 14 años y aprendiz de la vida. Crítica y soñadora, le gusta leer y contar historias que generen armonía y paz. Su mayor sueño es seguir aprendiendo y escribiendo de mujeres, medio ambiente, migración y la cultura indígena.
Una versión de este artículo apareció en el IstmoPress.