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El Vaticano Se Pinta de Verde — Y La Casa Blanca de Arcoíris!
By Alberto Ruz Buenfil Posted in Comentario on 2 julio, 2015 0 Comments
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Alberto Ruz BuenfilEn la misma semana dos noticias trascendentales se han hecho virales en el mundo entero, y están provocando un verdadero tsunami colectivo entre millones de nuestros hermanos y hermanas terráqueos de las cuatro direcciones.

El Vaticano acaba de ser pintado de verde con la “Encíclica Laudato Sí, y por el Cuidado de nuestra CASA COMÚN”, del Papa Francisco.

Todo parece indicar que el Papa no se ha conformado con pintarla de un verde pálido como muchos de los documentos que salen de las plataformas de los programas demagógicos de la mayor parte de los gobiernos nacionales y trasnacionales, de las plataformas de los partidos verdes, que en su definición ya vienen partidos, ni de las COP´s oficiales, ni de las reuniones del G-7, G-8 y G-ONU, y ni siquiera de muchos de las plataformas y programas de innumerables organizaciones conservacionistas, ambientalistas y muchas de las organizaciones ecologistas de las que incluso nosotros formamos parte.

Foto ilustración del New York Times

En este documento de 192 páginas, Francisco y el equipo de brillantes asesores que seguramente rodean a este primer Papa latinoamericano, finalmente lograron acompañar a este polémico personaje de rango mundial, como lo fue su antecesor y homónimo San Francisco de Asís, y ser testigos y cómplices del hecho que Francisco se inclinara a escuchar a la Mamma de todos nosotros, para oír, escuchar y obedecer sus mensajes y sus recomendaciones.

Nosotros los que caminamos sobre dos, cuatro o cien pies y los que nos arrastramos por su piel o debajo de ella, los que vivimos entre sus aguas, dulces y saladas, los que fuimos concebidos por la cópula del Padre Sol y de la Madre Tierra, los que habitamos sobre los hermanos árboles, o en lo alto de los abuelos Apus rocallosos, en las arenas cálidas de sus desiertos, los que volamos e incluso los que vivimos en pueblos, ciudades y megalópolis y nos desplazamos por tierra, agua y mar, y hasta por el espacio exterior, y que podemos ser hoy testigos también de lo que la Mamma le dijo a su hijo:

“PAPA, tu serás muy Papa, pero la Mamma sono io!! Soy yo!! “

Con su Eco-Encíclica radical, Francisco nos ha llamado a todos, cristianos y no cristianos, a todos nosotros los hijos de la Madre Tierra, Tonantzin, Gaia-Pachamana, para pararle de tonterías, estupideces y barbaridades, y para que nos pongamos finalmente a trabajar juntos para construir la primera ciudadanía terráquea de la historia de nuestra especie, una ciudadanía que ya no siga siendo “dueña de los recursos de la Naturaleza” como por dos milenios la Iglesia de Pedro les hizo creer a sus seguidores hasta hoy en día, sino que es Ella, la Madre Tierra la que es la verdadera dueña de la existencia de todos los que vivimos gracias a sus dones, en y de ella.

Con este paso y con este llamado, ya no tendremos que seguir definiendo a nuestra Madre común tan solo como un “planeta”, puesto que ella no es plana, está viva, y nuestras vidas dependen exclusivamente de la de ella. Si podemos seguirla llamando nuestra CASA COMÚN, nuestro hogar, porque ECO, palabra que viene del griego “Oikos”, quiere precisamente decir, nuestro Hogar.

Y de aquí en adelante, tendremos que escuchar también el mensaje que los abuelos y las abuelas andinas, que viven en las faldas de la Pachamama nos hicieron llegar hace muy pocos años, de que era hora de dejar atrás las legislaciones antropocéntricas, para comenzar a crear nuevas leyes que protegieran la vida de TODOS los seres vivos, y no solo el “desarrollo” de una de las especies, una de las familias de la Pacha: nosotros!!!

Como ya lo han hecho Ecuador, Bolivia, muchos condados y ciudades de los Estados Unidos y de la India, la ciudad de México, y como están muy pronto por lograrlo Colombia, varios países de América del Sur y de la Unión Europea, y como esperamos y lucharemos porque se logre a nivel de una Declaración Universal por los Derechos de la Madre Tierra en la Asamblea General de la misma Organización mundial de Naciones Unidas, la ONU!!

La otra buena noticia de la semana pasada fue que finalmente la Casa Blanca, el otro símbolo del poder hegemónico del Imperio, fue transformada por una noche en una CASA ARCOÍRIS, con el pretexto de que los legisladores de los Estados Unidos aceptaron por fin, con tan solo un voto de diferencia, que todas las personas de ese país tuvieran el DERECHO a amar, convivir y casarse con la persona que cada una decidiera. Con ello, se suma otra nación a reconocer ese derecho humano, como ya lo han hecho Irlanda, Finlandia, Luxemburgo, el Reino Unido, Francia, Brasil, Dinamarca, Argentina, Islandia, Portugal, Suecia, Noruega, Sudáfrica, Canadá, España, Bélgica, Holanda y…la ciudad de México.

Desde hace apenas menos de medio siglo, ahí por el año 1972, algunos visionarios, después de recorrer muchos caminos, externos e internos, de escuchar a los viejos guardianes del saber original, comenzamos a comprender que el Arcoíris era una señal de la Madre Tierra en su danza amorosa con el Padre Sol, que a través del espectro luminoso nos recordaron y nos hicieron ver que todo lo que nos rodea, lo que somos, lo que conocemos y no conocemos, es una manifestación de esa luminosidad, que abraza cada uno de los elementos naturales, para darles color y vida propia. Y que el Puente del Arcoíris, que une precisamente a la Tierra con el Universo, es el único símbolo de la Naturaleza que contiene, sin excepción, a todos los colores unidos en armonía, sin ninguno mejor que el otro, cada uno diferente que el otro, y que precisamente en esa diferencia complementaria es que radica no solo su belleza sino su mensaje fundamental: Que todos somos UNO, y por lo tanto, todo lo que existe es PARA TODOS-TODO, como nos recordaron los hermanos mayas-zapatistas, no tan solo para algunos, y mucho menos tan solo para los humanos.

La Casa Blanca teñida por las luces como CASA Arcoíris, no solo representa un triunfo de las luchas de millones de personas por los derechos de quienes han escogido una manera de amar sin prejuicios, sin rechazos, sin acoso social y legal, sin marginación y fuera de todos los closets, sino de los millones de seres humanos que hace apenas pocas décadas lograron poderse amar, casar y tener familias con personas de otras razas y colores, otras religiones, otras castas y otras clases sociales.

Y este hecho histórico también significa un salto cuantitativo y cualitativo para la humanidad, pues al haberse adoptado en el corazón del Imperio como símbolo de inclusión al Arcoíris, no solo se reconoce el derecho de opción sexual de los ciudadanos, sino que también se reconoce el derecho para que un Afro-norteamericano, con todas las limitaciones y compromisos que su puesto le implican, de poder llegar a ser la cabeza política de ese país, y el poder desde ahí influir en algunas decisiones para seguir encaminando al resto de la sociedad, todavía xenófoba, racista y clasista, (como lo demuestran no solo el ejemplo de las declaraciones de Donald Trump, sino las recientes acciones de violencia brutal por parte de la misma policía anglsaxona contra la población Afro-descendiente en los Estados Unidos).

Lo simbólico convertido en evento histórico, es un incentivo para que todos nosotros sigamos trabajando y luchando hasta que se logre aceptar el ejercicio legal y el derecho propio de la biodiversidad, natural y social, en todos los ámbitos de la existencia.

¡Como arriba, abajo!

¡Como adentro, afuera, y todo alrededor!

Por el reconocimiento de los Derechos de la Madre Tierra, y por una sociedad humana arcoírica, inclusiva, justa, respetuosa, pacifica, amorosa y armonizada con todo lo que existe!!

Por todas Nuestras Relaciones en todo el Universo!

Coyote Alberto Ruz Buenfil es un author, activista y organizador enfocado en teams de sustentabilidad y los derechos de la Madre Tierra. 

Alberto Ruz Buenfil
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