El “jugo de rana” es considerado un afrodisíaco en la cultura peruana, así como una medicina capaz de curar muchos males, por lo que tradicionalmente los lugareños licúan partes del cuerpo de los anfibios con frutas y otras hierbas como una especie de tónico. Desafortunadamente, solo la rana gigante del Titicaca es utilizada para esto, y esa tradición está conduciendo a la extinción de una de las especies de ranas más grandes del mundo.

Un equipo de científicos peruanos ha intervenido en un esfuerzo por salvar a estas ranas de una extinción inminente a causa de la contaminación y el consumo humano. La rana, cuyo nombre científico es Telmatobius culeus, recibe el curioso sobrenombre de “rana escroto” por el aspecto de su piel blanda, flácida y en forma de saco y los pliegues que crea en su abultado cuerpo. Estos pliegues le permiten aumentar la absorción de oxígeno a través de la piel y pasar la mayor parte del tiempo bajo el agua. Se encuentran entre las ranas acuáticas más grandes del mundo, alcanzando hasta 20 centímetros (8 pulgadas) desde la cabeza hasta la rabadilla, y hay registros de especímenes de hasta 50 cm (20 pulgadas) y llegan a pesar hasta 180 g.

Lamentablemente, los científicos están viendo una disminución precipitada en las poblaciones de ranas, en parte debido a la caza.

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Titicaca es el lago navegable más alto del mundo y es la única fuente de agua dulce en todo el Altiplano de los Andes Centrales, una vasta extensión de desierto alto que incluye Perú, Chile y Bolivia.

Tanto la rana gigante como el zambullidor del Titicaca se consideran “especies indicadoras”, lo que significa que ayudan a las autoridades a medir la salud del ecosistema y otras especies a su alrededor. Las ranas escroto son una especie clave dentro del ecosistema de este lago de 8.300 kilómetros cuadrados. Ayudan a mantener el equilibrio en la cadena trófica, elevando los niveles de nutrientes en el agua, manteniendo bajo control la población de caracolillo y camaroncillo y sirviendo de alimento a algunos peces y diversas aves como gaviotas y garzas. La extinción de esta especie desencadenaría una catástrofe ecológica en la fuente de agua más importante para Perú y Bolivia.

Es por eso que los científicos están extremadamente alarmados por la dramática disminución de su población en los últimos años. Sólamente en la década entre 1994 y 2004, hubo una disminución del 80 por ciento, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN); y la situación ha empeorado; un estudio reciente calculó la disminución en un 90 por ciento, con un estimado de 30,000 ranas restantes luchando por sus vidas.

En 2016 se encontraron más de 10.000 ranas muertas en la parte peruana del lago. Las autoridades notaron lodo y desechos sólidos durante una investigación, y los medios locales informaron que la escorrentía de aguas residuales podría haber jugado un papel en las muertes, según un reporte de CNN.

El biólogo Dennis Huisa-Balcón, investigador desde hace cuatro años de la situación de la rana gigante, compartió con El Proyecto Esperanza que a pesar de la dificultad para lograr un conteo preciso de la población de ranas debido a la inmensidad del lago Titicaca, los científicos tienen claro que la disminución ha sido dramática. 

Especialistas de Perú y Bolivia que operan a través del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego han desarrollado un Plan Binacional de Conservación de la Rana Gigante del Lago Titicaca y del Zambullidor del Titicaca, que ha sido aprobado y está siendo implementado por SERFOR, el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre del Perú, así como asociaciones civiles como Procarnívoros, para estudiar las causas y soluciones a este problema.

La legislación y la educación son factores clave para proteger a estas ranas. El proyecto de conservación que se lleva a cabo incluye talleres y charlas de educación ambiental con docentes y alumnos de las escuelas de los pueblos donde se cazan y comercializan las ranas escroto, capacitando a las autoridades locales sobre la importancia de esta especie. Los miembros del equipo, incluyendo a Dennis, están compartiendo los resultados alarmantes de su investigación con la gente en los mercados locales, para que tomen conciencia de que la extracción y venta de la rana gigante del Titicaca son actividades ilegales.

“Hemos identificado alrededor de cuatro zonas de extracción de la rana gigante en el lago Titicaca, así como las ciudades donde se venden: Juliaca, Puno, Desaguadero e Ilave”, dijo Dennis Huisa. “¿Qué tiene de importante esto? Que estas cuatro ciudades son justo donde la carretera une a Puno con Bolivia. Y Puno, por estar en el sur, conecta con el resto del territorio. Estos pueblos son lugares estratégicos y hay evidencia de que llevan las ranas a otros lugares”.

El equipo ha obtenido algunos éxitos importantes, deteniendo operativos de tráfico ilegal de ranas en las que han recuperado hasta 2.000 ranas que se transportaban en cajas de madera para la venta.

“Estamos dando entrevistas en radio y televisión para desmitificar la idea de que la rana tiene propiedades medicinales y dar a conocer la importancia de esta especie para que la gente ya no la cace ni la comercie”, dijo Huisa.

“En la comunidad de Lagunillas hemos confirmado la existencia de una nueva población de ranas, a 80 kilómetros del lago Titicaca”, explica Huisa. “Esta es una buena noticia porque es un lugar alejado que no enfrenta las amenazas del lago Titicaca. Sin embargo , la actividad piscícola está en auge en la Laguna de Lagunillas y esto podría convertirse en una amenaza”, ya que estas especies de peces introducidas alteran el hábitat de las ranas y son depredadores de sus crías.

Se realizó una encuesta en la comunidad de Lagunillas, donde se encontró la nueva población de rana gigante, y se descubrió que los habitantes no la consumen allí, lo que da esperanza de que pueda reproducirse.

Lamentablemente, en las comunidades del lago Titicaca, la rana se consume mucho, principalmente por sus supuestas propiedades curativas. No cocinan su carne, sino que despellejan la rana y la mezclan con otros ingredientes para hacer tónicos, que venden en plazas y mercados. Sin embargo, los estudios han demostrado que no tiene un contenido proteínico importante, y estos tónicos en realidad no han demostrado ser mucho más nutritivos o beneficiosos de lo que serían con los otros ingredientes, sin la rana.

Actualmente está en marcha el proyecto Wanquele. “Le pusimos este nombre porque es el nombre de la rana en Quechua”, Asegura el Doctor Huisa-Balcon. “Con este proyecto estamos intentando unir los esfuerzos de conservación de las ONGs como Procarnívoros con los trabajos del estado. He visto que entre estas dos pueden hacer sinergia y sumar y hacer mejores esfuerzos para la conservación.”

Según un tríptico informativo de la SERFOR, “En Perú la rana gigante está categorizada como en Peligro Crítico según el Decreto Supremo No. 004-2014-MINAGRI, que actualiza la lista de especies de fauna silvestre amenazadas de extinción. Por ello, está prohibida su captura, tenencia, comercio, transporte o exportación con fines comerciales u otros. A nivel internacional se encuentra incluida en el Apéndice I de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).

Pero respecto al problema de la contaminación en el agua que también está causando la extinción de las ranas el Doctor Huisa-Balcon explica que “Es difícil regular en el lago Titicaca las emisiones de aguas servidas producidas por las ciudades ribereñas, como también las emisiones ocasionadas por la minería, estos contextos también poseen marcos normativos, pero la ilegalidad prima, a pesar de ser uno de los países con mayores cantidades de legislación especializada siendo una ironía su aplicabilidad y control.”

Se espera que a través de las legislaciones, las operaciones para decomisar las ranas extraídas, y sobre todo a través de la información y educación a los pobladores de los alrededores del Lago Titicaca se logre hacer conciencia sobre la importancia de este anfibio y se pare su extracción.

“Actualmente muchas organizaciones sociales están involucrándose en actividades de conservación, nosotros buscamos identificar dichas organizaciones y sumarlas a este esfuerzo en común, el cual es proteger a esta especie que quizás sea poco carismática pero que alrededor de ella existe un aura cultural y representa hábitats saludables. 

El colectivo seguirá trabajando para desarrollar nuevas estrategias de conservación en torno a esta rana acuática que involucren el hábitat y el desarrollo sostenible de este recurso hídrico único, que es una reserva esencial para esta región del altiplano, donde la altitud andina y las condiciones desérticas hacen de este lugar uno de los más vulnerables a los escenarios de cambio climático.

“Esperamos que puedan contactarnos y se sumen a la conservación de esta especie única, nos gusta compartir los hallazgos que vamos aprendiendo en el camino, y nos gustaría escuchar las ideas de los demás para hacer efectiva una conservación que involucre a muchos actores”, concluyó el Doctor Dennis Huisa-Balcon. 

El Dr. Huisa-Balcon y la SERFOR desean agradecer a la organización Friend of the Earth por el apoyo que les han brindado en su campaña de conservación de la rana escroto.

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