SILVER CITY, Dakota del Sur — Tan pronto como el Servicio Forestal de los EE. UU. publicó su aviso de julio de un proyecto de decisión para permitir la prospección de oro en Jenny Gulch aquí en los Black Hills, las tribus, los protectores del agua y los defensores de los tratados salieron a la calle para denunciar esta propuesta y otras similares.
Los Black Hills forman lo que los científicos llaman una “isla del cielo”. Consta de una sierra con picos montañosos altos, cubierta de árboles — en un mar de pastos y tierras de cultivo en medio de las Grandes Llanuras del Norte. Conocida durante mucho tiempo como He Sapa para la comunidad nativa, el área de 100 por 75 millas es “el corazón sagrado de todo” para la Oceti Sakowin, solo sustraído de la jurisdicción tribal por violación de los tratados.
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Las naciones nativas y los guardianes ciudadanos estaban preparados para tomar medidas en contra de los permisos, porque ésta no es la primera vez que la agencia federal se mueve para permitir la renovación de la minería a gran escala en estas cabeceras de los ríos Missouri y Mississippi.
Firma la petición para convertir la cuenca de Rapid Creek en un área protegida de recreación AQUÍ.
Cuatro sitios Superfund son el resultado tóxico de la contaminación del agua por la minería en los últimos 70 años. Tres generaciones de Lakota y descendientes de colonos han trabajado juntos a pesar de sus diferencias culturales para evitar más de lo mismo. Los contribuyentes ya están pagando la factura de la limpieza de metales pesados peligrosos utilizados en la minería moderna: cianuro, arsénico, cromo III y VI, cobre, plomo, mercurio, níquel, selenio, plata, talio y zinc.
Se han gastado alrededor de $100 millones de dólares de dinero público en el sanamiento de la escorrentía en solo uno de los sitios, mismo que genera hasta 95 millones de galones de drenaje ácido de roca venenosa al año. No se vislumbra el final de la remediación.
En respuesta al borrador del permiso, el Presidente de la Tribu Cheyenne River Sioux, Harold Frazier, quien es el jefe de la Great Plains Tribal Chairmen’s Association, y otros líderes tribales se reunieron de inmediato con altos mandos del Servicio Forestal en la oficina del Secretario de Agricultura de los Estados Unidos, Tom Vilsack, en Washington, D.C.
De esto resultó una misiva a Vilsack exigiendo que el USDA retirara “todas y cada una de las aprobaciones relacionadas con la minería de oro en el Jenny Gulch, incluidos los permisos de exploración, porque no obtuvo nuestro consentimiento en violación de Artículos 2 y 16 del Tratado de Fort Laramie de 1868”.
El tratado “requiere el consentimiento de la Gran Nación Sioux para que los no indígenas estén presentes en nuestro territorio, y mucho más para la extracción de minerales. El USDA y el USFS no solicitaron el consentimiento de la Gran Nación Sioux para esta mina, y ustedes no lo obtuvieron”, dice la carta.
El permiso del Bosque Nacional de los Black Hills posibilitaría a la F3 Gold LLC, con sede en Minneapolis, la exploración cerca de Silver City, una comunidad no incorporada en el centro de los Black Hills. La compañía llevaría a cabo perforaciones con taladro de diamante en 47 sitios, penetrando un número desconocido de pozos, cada uno de hasta una milla de largo, en direcciones no especificadas.
El Proyecto Jenny Gulch de 62 millas cuadradas se llevaría a cabo en un cotizado lugar recreativo. El 10 de julio, Carol Hayse y Justin Herreman se encontraban entre los miembros de organizaciones de base locales que hicieron correr la voz sobre la amenaza. Asistieron a una kermés de pays, una recaudación de fondos para el Departamento de Bomberos Voluntarios de Silver City, para hablar con los vecinos y reunir firmas en contra del permiso.
Las organizaciones que representan los activistas incluyen Black Hills Chapter de Dakota Rural Action, Black Hills Clean Water Alliance, Save Rochford & Rapid Creek from Gold Mining y Rapid Creek Watershed Action (RCWA). Este último toma su nombre de Rapid Creek, el enérgico río a lo largo del cual los nuevos proyectos mineros aguas arriba amenazan con alterar para siempre la calidad del agua, el suministro, los medios de vida, las oportunidades recreativas y la preservación histórica de los sitios ceremoniales históricos ocultos.
“Creemos que el valor económico de esa agua supera con creces cualquier valor que nuestra economía obtendría de la minería en el área, que, en nuestra opinión, es demasiado sensible para que hagamos eso y muy probablemente pondría en peligro nuestra agua potable”, dijo Herreman a El Proyecto Esperanza.
Rapid Creek recoge agua de los afluentes en la parte más alta de los Black Hills. Las represas que crean los embalses de Deerfield y Pactola sirven para canalizarlo hacia hogares, negocios y operaciones agrícolas en Rapid City, con 76,541 habitantes, la ciudad más grande en el área de influencia de los Black Hills. El arroyo y los afluentes ayudan a recargar los acuíferos de Madison y Minnelusa, la otra fuente vital de agua limpia para la ciudad y los lugares circundantes, incluida la Base de la Fuerza Aérea Ellsworth, el empleador más grande de la región.
El negocio de la recreación al aire libre y las actividades relacionadas atraen $2.27 mil millones de dólares al año a Dakota del Sur, lo que proporciona uno de cada cuatro puestos de trabajo en la parte occidental del estado, calcula RCWA. El área de los Black Hills ofrece a los visitantes lagos y rios para nadar, navegar, flotar, pescar, observar aves, picnic, acampar, practicar deportes de invierno y excursionismo. El turismo ocupa el segundo lugar después de la agricultura en importancia para los ingresos del estado.
American Rivers, una organización nacional sin fines de lucro, designó a Rapid Creek como uno de los ríos más amenazados de Estados Unidos en 2020, debido a la amenaza de los megaproyectos mineros planteados por la prospección y los permisos de agua relacionados, incluidos F3 Gold LLC y otros emitidos a la empresa canadiense Mineral Mountain Resources Ltd.
“La minería podría devastar el agua limpia, los peces, la vida silvestre y los sitios culturales sagrados de Rapid Creek”, dijo en ese entonces Chris Williams, vicepresidente ejecutivo de conservación de American Rivers. Entre otras cosas, los estudios tribales de preservación histórica aún tienen que determinar las ubicaciones protegidas, y un área frágil de reproducción del borrego cimarrón se encuentra dentro del tramo de F3 Gold LLC.
Mineral Mountain Resources Ltd. ya está explorando en busca de oro, con perforaciones de hasta una milla bajo tierra en concesiones que abarcan 7 mil 500 acres aguas arriba del embalse de Pactola en los afluentes de Rapid Creek y adyacentes a la tierra tribal en fideicomiso de Pe’ Sla. Los buscadores prometen que demostrarán ser “el descubrimiento de oro más grande de América del Norte”. Prometen que podría producir el equivalente de minerales que el récord de la cercana mina Homestake ahora desaparecida, que alguna vez fue la mina de oro más grande del hemisferio.
Los perforadores de ese proyecto están abriendo pozos exploratorios en el área de Rochford. Si se establece una mina, se causarán daños incalculables a la tierra, la vida silvestre y el agua, dijo la abuela Sicangu lakota Cheryl Angel en un foro nacional el 18 de julio. “Esa es la razón por la que estoy tan preocupada. Es por eso que literalmente me duele, y tengo tanto miedo de que la cuenca de Rapid Creek se dañe, se contamine, se perjudique”, dijo la ciudadana de la Tribu Rosebud Sioux.
“Entonces, cuando la gente me pregunta sobre los Black Hills, digo que está bajo ataque y que el agua está bajo ataque, porque la gente está haciendo cosas que no le harías a un ser humano”, dijo en un evento de EcoSapiens Speaker Series. “Es un ataque al corazón de todo lo que hay”.
Para la perforación, los funcionarios de Dakota del Sur otorgaron a Mineral Mountain Resources Ltd. 880 mil galones de uso de agua de Rapid Creek, sin cargo, a una tasa máxima de bombeo de 200 galones por minuto y una tasa diaria de 10 mil galones. El permiso de agua, emitido sin un proceso de participación pública, provocó que el residente rural de Rapid Creek, Bruce Ellison, comentara: “No es de interés público dar nuestras aguas a una empresa extranjera para ningún uso en realidad, sin una mayor participación pública”.
Como está ocurriendo en el caso de F3 Gold LLC, los reguladores estatales y federales están dando luz verde a la actividad de Mineral Mountain Resources Ltd. a pesar de la oposición de los gobiernos tradicionales y miembros tribales individuales. Los permisos para el Proyecto de Oro Rochford van en contra de las posiciones declaradas de la Great Plains Tribal Chairmen’s Association, el presidente tribal Rosebud Sioux, el presidente tribal Yankton Sioux, la administración tribal Oglala Sioux y los miembros individuales de la tribu Cheyenne River Sioux, quienes presentaron argumentos por escrito a las autoridades.
Cuatro gobiernos tribales dijeron que querían una consulta de gobierno a gobierno sobre el Borrador de Evaluación Ambiental del Servicio Forestal para el Proyecto Jenny Gulch, pero eso no sucedió. Muchos de los 500 comentarios presentados para la evaluación señalaron que los Black Hills es territorio lakota por derechos del Tratado de Fort Laramie de 1868, como se confirmó en una decisión de la Corte Suprema de EE. UU. de 1980. El Servicio Forestal se negó a responder y, en cambio, dirigió la atención a la Ley de Minería de 1872.
F3 Gold LLC, al igual que otros especuladores, tiene el derecho legal en virtud de esa ley para explorar sus áreas de reclamos minerales, dijo el Servicio Forestal al publicar el proyecto de decisión para el permiso. “Si bien el USFS no puede negarle a la empresa su derecho a explorar en busca de oro en su reclamo, el USFS puede imponer limitaciones que sean razonables y necesarias para proteger las tierras y los recursos del NFS”, admitió Jeff Tomac, supervisor del Bosque Nacional de los Black Hills.
Los comentaristas que se registraron previamente durante el período de evaluación ambiental para el Proyecto Jenny Gulch recibieron un aviso de 45 días para hacer comentarios adicionales. “Con suerte, el Servicio Forestal adoptará una postura más fuerte que en el pasado”, comunicó Black Hills Clean Water Alliance, junta de la cual Angel es miembro. Esta fase de los permisos federales se lleva a cabo bajo una administración diferente.
Estas dos empresas, que operan en el centro de los Black Hills, son solo una parte de un panorama mucho más amplio de la escena local.
En el sur de los Black Hills, F3 Gold LLC también tiene un lote de derechos de veta. Otra empresa está buscando litio. Mientras tanto, un antiguo intento de extraer uranio se dilata debido a la acción ciudadana y el litigio de la tribu Oglala Sioux contra la Comisión Reguladora Nuclear. Todos estos proyectos contaminarían los acuíferos y las cabeceras relacionadas del río Cheyenne, otro afluente de los ríos Missouri y Mississippi.
Los resultados de un proyecto reciente de mapeo ciudadano dirigido por Mato Ohitika Analytics LLC destacan “la gran extensión de los proyectos mineros potenciales, así como la fiebre del oro moderna que amenaza el agua, la salud, la vida silvestre y nuestra economía de recreación y turismo de Black Hills”, Black Hills Clean Water Alliance dijo en una conferencia de prensa a principios de 2022.
Incluso solo una de las seis compañías de oro que la organización identificó en el norte de Black Hills, la Dakota Territory Resources (o Dakota Gold Corp.) tiene más de 35 mil acres de derechos por probar. Con muchos más por mapear en el área de Maitland entre Spearfish y Central City, la organización señala que esta compañía tiene vínculos con Barrick Gold, la segunda compañía de oro más grande del mundo.
Además de las seis empresas ya rastreadas, otros operadores están activos en el área inmediata. Spearfish Creek, la cabecera en el norte de Black Hills de los ríos Missouri y Mississippi, está rodeada de concesiones. El mapeo muestra derechos por probar hasta los bordes de Spearfish Canyon Scenic Byway.
La tribu Cheyenne River Sioux aprobó una resolución anteriormente para obtener fondos para proteger el medio ambiente y los recursos culturales del Rochford Gold Project. Hace un llamado al Congreso de los EE. UU. para que retire el Bosque Nacional de los Black Hills del alcance de la Ley de Minería de 1872 y autorice $200 mil dólares iniciales de fondos no federales para luchar contra el proyecto.
La tribu aprobó otra resolución que pide al gobierno federal que proporcione fondos para que la Gran Nación Sioux emplee profesionales para investigar el impacto ambiental y arqueológico del proyecto. La legislación tribal también autoriza los litigios relacionados con la operación.
Mientras tanto, los organizadores de base persiguen una campaña de firmas a petición para convencer a la delegación del estado en el Congreso de los EE. UU. de introducir una medida que reserve la cuenca de Rapid Creek como un área de recreación nacional. Concluye: “Por favor, asuma el liderazgo en este tema en el Congreso y patrocine un proyecto de ley para crear el área de recreación y el retiro del derecho mineral, para que podamos ser bendecidos con el uso de este recurso recreativo para nosotros y para las generaciones futuras”. Los administradores de tierras federales actualmente supervisan 40 áreas recreativas nacionales en todo el país.
Entre las organizaciones no mencionadas anteriormente que apoyan la campaña de petición se encuentran Thunder Valley Community Development Corporation; Colectivo NDN; Protect Pactola; Izaak Walton League, Rapid City Chapter; Clean Water Legacy; Remeros de los Black Hills; y Grupo Black Hills, Sierra Club.
Incluyendo la kermés de pays, los partidarios de la petición tuvieron una intensa semana de campaña al aire libre en temperaturas que rondaron los 90 grados Fahrenheit, inusualmente caluroso para el verano en la gran altitud del norte. Participaron en el Black Hills Pride Festival, evento anual en Rapid City patrocinado por el Centro para la Igualdad de los Black Hills.
La siguiente actividad fue la participación en el desfile anual de Gold Discovery Days en Custer, al sur de los Black Hills. El evento celebra la primera fiebre del oro en el siglo XIX, que llevó al despojo del territorio indígena. Una expedición militar encabezada por el teniente coronel George A. Custer demostró que los hallazgos de oro eran reales, lo que detonó la invasión.
El día después del desfile, los defensores del agua limpia estuvieron en el lago Pactola en lanchas con carteles para promover la causa.
Los ciudadanos involucrados asistieron a una reunión de la comisión del condado en Rapid City para testificar a favor de una propuesta de ordenanza de zonificación de roca dura. Han estado brindando información al respecto desde que convencieron a la junta de planificación para que lo considerara hace más de un año. Tendría requisitos de exploración y minería más estrictos que los del estado. Cuando la comisión fijó una audiencia para el 6 de septiembre próximo, se movilizaron para recopilar comentarios del público.
Los organizadores planearon más eventos durante las reuniones de verano al aire libre previas a la Cumbre Mni Ki Wakan (El agua es sagrada) de 2022 “para promover la justicia del agua para todos” del 16 al 18 de agosto, en el centro cívico de Rapid City. Los patrocinadores señalan que están promoviendo la “innovación del agua indígena centrada en los jóvenes”. Para más información sobre estos eventos visite https://mnikiwakan.org/
Los convocantes incluyen Black Hills Clean Water Alliance, Thunder Valley Community Development Corp., Cultural Survival, Navajo Water Project, DigDeep, Tokala Inanjinyo, Nakoda Youth Council, Sicangu Youth Council y el Consejo Internacional de Jóvenes Indígenas Oglala Chapter
“Tenemos que detener esta extracción”, enfatizó Angel. “Hay mucho trabajo por hacer. Hay muchas alianzas por hacer. El primer paso es tener una relación con la tierra que pisas, comprometerte a vivir en armonía”, animó a los oyentes. “Espero que en beneficio de nuestros descendientes hagamos un cambio duradero”.
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Éxitos en esta crucial lucha, felicidades