La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) anunció el mes pasado dos decisiones que protegen el derecho humano a la biodiversidad del maíz, logrado durante siglos por las comunidades campesinas en México, convirtiéndose en un alimento básico de la dieta del país.
El 13 de octubre, la SCJN ratificó la Medida Cautelar que prohíbe los permisos para sembrar maíz transgénico en México. Esa medida ha estado en vigor desde septiembre de 2013. En segundo lugar, el tribunal dictaminó que los jueces en una demanda colectiva pueden dictar cualquier medida cautelar necesaria para proteger los derechos de un colectivo. Ambos derechos fueron impugnados en amparos interpuestos por las transnacionales Bayer-Monsanto, Syngenta, Pioneer-Dupont y Dow Agrosciences.
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Los 53 demandantes en la demanda colectiva incluyen a 20 productores de maíz, apicultores, organizaciones de derechos humanos y de semillas, así como artistas y científicos. Juntos se refieren a sí mismos como la “Demanda Colectiva Maíz” (Demanda Colectiva de Maíz) contra el maíz transgénico en su batalla legal en curso que comenzó hace ocho años.
Dada la profundidad del apoyo y la persistencia de los partidarios, el fallo judicial es un marcador apropiado en una historia que comenzó hace casi 6,800 años en el valle del río Balsas en el suroeste de México, donde los pueblos indígenas comenzaron a domesticar el pasto teocinte y así desarrollaron lo que nosotros conocido hoy como maíz o maíz. Los científicos estiman que este proceso tomó miles de años y, según el premio Nobel Octavio Paz, se trata de un logro tan colosal como la domesticación del fuego. ¿Por qué? Una de las razones es que los pequeños agricultores han producido miles de variedades de maíz en milpas, esto es con más de 90 plantas silvestres que alimentan al 80 por ciento de la población de México.
Cuando decimos diversidad de maíz, nos referimos a variedades de maíz, obtenidas mediante prácticas de selección y cultivo de semillas de mujeres y hombres. Las variedades de maíz están adaptadas para vivir y prosperar en regiones de diferente altitud, temperatura y precipitaciones, por lo que brindan seguridad alimentaria en esta época de cambio climático. La introducción del maíz transgénico destruiría este insustituible bien común, debido a la contaminación del maíz nativo por el maíz transgénico.
México es reconocido como el sexto país más rico biológicamente del mundo, y sus pueblos rurales son verdaderos mejoradores que aseguran las prácticas que van desde la selección y cultivo de semillas nativas hasta el desarrollo de variedades de maíz adaptadas para hacer frente a enfermedades y prosperar en diversos ecosistemas.
“El maíz amarillo que se encuentra comúnmente en los Estados Unidos palidece en comparación con las formas, tamaños y colores de las variedades tradicionales de maíz cultivadas por los pueblos indígenas de México. Las mazorcas de maíz pueden variar de un par de pulgadas a un pie de largo, en colores que incluyen blanco, rojo, amarillo, azul y negro. Algunas variedades incluso tienen una variedad de colores en una oreja “.
Christina Santini en “La gente del maíz”, para la revista Cultural Survival.
El maíz ha sido un eje esencial en las culturas mexicanas a lo largo de cientos de generaciones. Su ciclo de vida y requerimientos ordenaron el paso del tiempo así como los espacios comunes. Es el tallo de una cosmogonía con creencias y prácticas que hacen del maíz una planta sagrada que propició el surgimiento de una tradición culinaria muy rica. Poder cultivar maíz es lo que nos hace verdaderos y perdurables seres humanos.
“Nuestra Historia de la Creación nos enseña que los primeros abuelos de nuestro pueblo fueron hechos de maíz blanco y amarillo. El maíz es sagrado para nosotros porque nos conecta con nuestros antepasados. Alimenta nuestro espíritu y nuestro cuerpo “.
Juana Batz Puac, Maya K’iche ‘(Guardiana del día) [Fuente: Historia de la creación del pueblo maya a través del Museo Nacional Smithsonian del Indio Americano]
La milpa es una técnica mesoamericana para sembrar y cultivar maíz, frijol, calabaza y chile junto con muchas hierbas silvestres. En las milpas se cosechan más de 90 plantas para diversos fines, y cada tres años se deja reposar las milpas.
El concepto de milpa es una construcción sociocultural más que simplemente un sistema de agricultura. Implica interacciones y relaciones complejas entre agricultores, así como distintas relaciones personales tanto con los cultivos como con la tierra. Se ha señalado que “la elaboración de la milpa es el acto central, más sagrado, que une a la familia, la comunidad, el universo … [forma] la institución central de la sociedad india en Mesoamérica …”. [Fuente: Nigh, R. (1976) Ecología evolutiva de la agricultura maya en el altiplano de Chiapas, México. Tesis doctoral, Universidad de Stanford. Ann Arbor: microfilmes universitarios. Vía Wikipedia]
En la estimación de H. Garrison Wilkes, investigador de maíz de la Universidad de Massachusetts en Boston, la milpa “es uno de los inventos humanos más exitosos jamás creados”. [Wikipedia]
Así, el maíz permanece indisolublemente ligado a la vida cotidiana de los campesinos e indígenas del México de hoy. Como grano básico del país, el maíz es parte de casi todas las comidas mexicanas, que pueden incluir no solo tortillas, sino guisos, tamales y atole, una bebida caliente hecha con harina de maíz.
En palabras de una mujer nativa, “El maíz es tan importante porque nos permite vivir en paz. Es nuestra forma de seguridad alimentaria ”.
El maíz está relacionado con la supervivencia: durante tiempos económicos difíciles o ante desastres naturales, las familias producirán más maíz para alimentarse. Un anciano maya tzotzil relata: “Durante los últimos cinco siglos, mientras nuestro pueblo ha resistido el sufrimiento, un enorme sufrimiento, nuestro maíz nos ha permitido sobrevivir”.
A continuación, compartimos el comunicado de prensa emitido por la Demanda Colectiva Maíz.
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Hoy en una decisión histórica, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha resuelto e invalidado los 4 amparos contra la medida precautoria interpuestos por las grandes empresas trasnacionales de la agroindustria.
Además, la Suprema Corte determinó que los jueces que intervengan en un juicio de acción colectiva pueden dictar cualquier medida que consideren pertinente para proteger los derechos e intereses de una Colectividad, siempre que se cumpla con los requisitos de ley.
Por unanimidad las y los ministros de la Primera Sala de la Suprema Corte rechazaron los amparos de las empresas trasnacionales en los que planteaban más de 130 argumentos que para la Colectividad del maíz eran huecos, contradictorios y falaces.
Desde el 2013, la Medida Precautoria impulsada por la Demanda de Acción Colectiva contra la Siembra de Maíces Transgénicos, ha detenido las solicitudes de permiso para sembrar maíces transgénicos en México. En respuesta las empresas PHI, Dow, Syngenta y la actual Bayer-Monsanto presentaron decenas de impugnaciones y prefirieron no realizar investigación alguna para en el país para demostrar la ausencia de riesgos.
Esta decisión es trascendental para la preservación de los maíces nativos y la milpa, pero también para el sector apícola y para las abejas mismas, como parte de la biodiversidad, que han sido severamente afectadas por el ingreso de los transgénicos como la soya y el maíz, al igual que el uso de agrotóxicos como el glifosato.
Consideramos que la unanimidad de la decisión reitera la validez de los argumentos presentados por la Colectividad Demandante, a favor de los derechos colectivos, de comunidades campesinas e indígenas y de las personas consumidoras de maíz. Además de sentar un precedente para demandas de acción colectiva en curso y futuras.
Ministras y Ministros han tomado esta importante decisión, a pesar de que la agroindustria consideró que las decisiones sobre la biotecnología no pueden estar en sus manos ni en la de ningún Juzgado o Tribunal.
Si bien la resolución de la SCJN es para festejar, es preciso advertir que los fallos judiciales no garantizan que en la realidad se cumplan. Sin un estado de derecho que garantice el cumplimiento de las sentencias judiciales, los daños no podrán ser evitados, como ha sido el caso en la Península de Yucatán, donde a pesar de las prohibiciones de la Suprema Corte, la soya e incluso el maíz transgénico se siembran de manera ilegal e impune.
Desde la Demanda Colectiva en Defensa del Maíz Nativo, agradecemos a los pueblos y comunidades que han defendido y preservado durante generaciones a los maíces nativos, a las organizaciones de la sociedad civil, defensoras de derechos humanos y del medio ambiente, a las comunidades científicas y académicas comprometidas con la sociedad; y a instituciones como la SEMARNAT, que ha optado en la reciente administración por apoyar y robustecer los argumentos que la Colectividad ha presentado durante los últimos 8 años que lleva la Demanda.
Celebramos esta decisión de la SCJN y les informamos que el juicio principal continúa. Aún nos queda un largo camino por recorrer para lograr la prohibición definitiva de maíces transgénicos en México, acción que garantizará la preservación y protección de los maíces nativos, de la milpa, de los derechos de campesinas y campesinos a un medio ambiente sano, y los derechos humanos vinculados.
Les invitamos a seguir informándose sobre nuestra defensa de la biodiversidad y los maíces nativos en nuestras redes sociales. Agradecemos a los medios de comunicación que nos han apoyado en esta importante lucha. Viva el maíz nativo, viva la milpa, vivan las comunidades campesinas e indígenas.
Atentamente
Colectividad Demandante en Defensa del Maíz Nativo
Una batalla ganada de enorme trascendencia no sólo para los mexicanos sino para toda la población mundial . Una noticia que debemos difundir para que todos conozcan de éste importante logro .
Interesante información, respecto a la resolución de la SCJN.
Es necesario difundirlo, para seguir haciendo conciencia en los productores del País que DEBEMOS desechar la siembras de maíz transgénicos,y sembrar nuestro maíz Criollo.