Han pasado 14 años desde que la gente de Temacapulín no pasa una buena noche de sueño reparador: 14 años de luchar contra una megapresa de 10 pisos de alto que ha puesto en peligro la existencia de esta herencia pre colonial. Toda una generación ha crecido mientras los viejos han puesto en juego su vida y tradiciones en esta confrontación.
Durante las semanas anteriores, la tensión emocional ha sido un sube y baja, ya que los dos nuevos gobernadores –de Jalisco y Guanajuato– buscan revivir la Presa El Zapotillo, un caso de ineptitud y corrupción a luces vistas en la industria de la construcción de estos mega proyectos. Y ahora, el presidente Andrés Manuel López Obrador entra en el entramado.
Ahora es momento de dejar todo eso a un lado. Hoy festejamos la resistencia que ha brillado incansable por 14 años para evitar que el pueblo –y otros dos: Acasico y Palmarejo– quede bajo el agua, inundando también las productivas tierras agrícolas de la región que la llevaría a la desertificación.
“El gobierno nos quiere correr de aquí; quieren nombrarnos ‘pueblo fantasma’”, dice Gabriel Espinoza, que alguna vez fuera sacerdote, al que renunció para luchar por su pueblo. “Pero, como puedes ver, estamos lejos de eso: El Zapotillo nos ha activado; estamos mejor como pueblo que hace cinco años. Y no vamos a ningún lado.”
Escribiré de este tema pronto para el Earth Island Journal. Mientras tanto, para dar a conocer qué es lo que se pone en juego en esta lucha, les dejo algunas imágenes de la Décima Feria del Chile de Arbol y la Duodécima Carrera de los Remedios, para que se den una idea de lo que, si estos dos gobernadores se salen con la suya, quedará bajo las aguas. #TemacaVive.
El día comienza encapotado, con un aguacero que mitiga el calor del ambiente, pero no los espíritus. “¡Nada más tendremos una feria del aguachile!”, bromea la co-organizadora Bety Espinoza, en referencia a un platillo local, que es de los favoritos. A partir que el sol regresa por sus fueros, el tradicional tapete de aserrín de colores luce espectacular, mostrando el chile de árbol, que ha vuelto famosa a la región. Todo está listo para la inauguración del festival.
Las primeras actividades son para los niños: juegos de agua y chile que, además de divertir a los pequeños, los hace conscientes de balancear la necesidad de ganarse el sustento –el chile– con el uso de los recursos planetarios –en este caso, el agua.
Juegos como “Cuida el agua” (que se trata de que el equipo con mayor cantidad de agua en llegar a la meta gane), “Tesoros de Temaca” (que es la búsqueda de los verdaderos símbolos de este pueblo: agua y –sí, adivinaste– chile) y “Atínale al chile” (en el que los equipos se esfuerzan por atinarle al chile con chorros de agua hasta llevarlo al Río Verde, pasando las barreras de la “VIDA”, la “JUSTICIA” y la “PAZ”, hasta llegar a la “VICTORIA
Además, está el favorito de todos: “Revolución del agua”, donde una réplica de El Zapotillo se construye con cajas de cartón –algunas de ellas con etiquetas relacionadas con la construcción de la presa, tales como “mentiras”, “corrupción de los políticos” y “crímenes contra la ecología” –entonces, los equipos se enfrentan en ambos extremos de la presa de cartón para ver cuál de ellos bombardea más fuerte para derribar la construcción.
Luego, llegó el momento del Concurso de Salsas, en el que gente de toda la república se alineó con sus molcajetes bajo los arcos del histórico palacio del gobierno para combinar y mezclar sus ingredientes favoritos y convertirlos en brebajes sorprendentes.
Ya por la tarde, hubo un panel de discusión con mujeres –las sabias del pueblo– que han sido incondicionales en la lucha desde hace 14 años (pronto encontrarás esta historia en este sitio).
Para el domingo, la décimosegunda Carrera de los Remedios –llamada así en honor de la Virgen de los Remedios, imagen milagrosa a la que se encomienda el pueblo– (de cinco y 10 kilómetros) congregó a cientos de corredores procedentes, incluso, de California. El Padre Gabriel quedó en tercer lugar en 10 kilómetros, a pesar de realizar los preparativos de la carrera, alimentar a los animales, preparar el desayuno y agrupar a la gente para el evento.
Luego de la carrera, las personas se dispersaron para disfrutar de los tesoros de Temaca… La basílica colonial con su Virgen radiante, el Señor de la Peñita, los murales de rebeldía y color que se encuentran por todo el pueblo, la calidez de la gente, las aguas termales –además de, por supuesto, las delicias gastronómicas de todo tipo basadas en el típico chile de árbol.
Traducido por Víctor César Villalobos Villaseñor (Guadalajara, Jalisco, 1978). Víctor ha sido editor web, reportero, cronista, fotógrafo y editor literario. Ama la música y las películas; y, por supuesto, el mole.
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Excelente presentación
Aprendimos a amar a este.pueblo y su gente y nos uniremos con Temacapulín en contra de la Presa del Zapotillo que.lo único que ven los gobernantes es el modo terrible de enriquecerse y empobrecer al campecino que gracias a su trabajo nos da de comer. Con Temacapulín, Acasico y Palmarejo ¡¡¡HASTA LA VICTORIA!!!
Muchas gracias, por este lindo y valioso reportaje de la resistencia Alteña de Temacapulin, Acasico y Palmarejo.