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Danza de la Luna en Teotihuacán: Una conversación con la Abuela Ana Lucía
By Tracy L. Barnett Posted in Espiritualidad, Mexico on 2 octubre, 2025 4 Comments
Cuatro noches, una visión: cómo la danza de la luna transforma a las mujeres en Teotihuacán Previous Festival del Día del Migrante: Un Mosaico Vivo en Guadalajara Next

Entre cantos, rezos y ayunos, participantes hallan fuerza y comunidad en esta ceremonia nocturna.

Entrevista por Tracy L. Barnett
Fotografía por Rogelio Martínez Cárdenas

Abuela Ana Lucía Chinas (Foto: Rogelio Martínez Cárdenas)

Mujeres de distintos rincones de México se reúnen en un campamento en la ladera del Cerro Gordo, con vista a la antigua ciudad de Teotihuacán. Llegan tras semanas de ayuno, ceremonia y contemplación —muchas de ellas ahorrando y organizando rifas y ventas durante todo el año— para participar en la Danza de la Luna, una práctica ceremonial de mujeres reavivada en las últimas décadas como contraparte de la más difundida Danza del Sol.

El año pasado, tras varias temporadas danzando con el círculo Kalpulli Kuetzpalkalli, asistí por primera vez a este encuentro. En el último día conversé con la Abuela Ana Lucía Chinas —abuela y guía del círculo— sobre cómo se tejió la Danza de la Luna y qué les pide a quienes entran en ella. A continuación, una versión editada de esa conversación.

Esta es la primera parte de una serie sobre la Danza de la Luna. Para leer la segunda parte: “Cuatro Noches, Una Visión: Cómo la Danza de la Luna Transforma a las Mujeres en Teotihuacán” haz click AQUÍ.

To read this story in English, click HERE.

Tracy: Para quienes se acercan por primera vez: ¿cómo llegó usted a la Danza de la Luna?

Abuela Ana Lucía: Mi nombre es Ana Lucía —Akanaualtzin—, soy integrante de Kalpulli Koakalko (el círculo que organiza las Danzas de la Luna) y actualmente soy la que dirige la Danza de la Luna. ¿Cómo llegué a la Danza de la Luna? fueron muchas y diferentes circunstancias. En el ’92 se hizo un contrafestejo respecto del ‘famoso’ descubrimiento de América y se hizo una carrera continental llamada Jornadas de Paz y Dignidad.

Tracy: ¿Qué pasó en ese entonces que la movió?

Abuela Ana Lucia: En esa época llegaron al barrio de Analco en Guadalajara, que es donde vive mi familia. Yo fui a verlos y me emocionó mucho la filosofía que traían y lo que estaban compartiendo… yo vine a buscarlos aquí a Teotihuacán, en la Ciudad de México, en octubre del ’92…

Tracy: ¿Cuántos años tenía en ese momento?

Abuela Ana Lucia: En el ’92 yo tenía 22 años para cumplir 23 años y… estaba terminando precisamente Ingeniería Química. Yo estaba formada como ingeniera, con una mentalidad muy racional. En ese entonces no me identificaba con las mujeres, me movía más bien en un mundo de hombres. Con el tiempo la danza me obligó a reconciliarme con mi parte femenina, a valorar lo que mi abuela y otras mujeres habían transmitido sin libros ni laboratorios, solo con su experiencia y sabiduría.

Tracy: ¿Y qué cambió después?

Abuela Ana Lucia: En el ’94, embarazada, yo pensé que a mi hija… debía dejarle un mejor mundo… y ahí empiezo a danzar. Yo empiezo a danzar embarazada. Con el tiempo nos damos cuenta de que… no nada más es la danza, hay otra serie de cosas alrededor.

Tracy: Usted también habla de la relación con la Danza del Sol. ¿Cómo entiende ese vínculo?

Abuela Ana Lucia: Conocí al abuelo Tlakaelel, y me hablaron de la Danza del Sol, que se dice el origen es Lakota. El abuelo llegó a la conclusión que no solo era Lakota… y entonces él les explicó a los lakotas algunas cosas. “La Danza del Sol no nada más es Lakota… también es mexicana, y me la voy a llevar a México… En el caminar de Naui Mitl.” (Cuatro Flechas, símbolo de los cuatro rumbos sagrados). 

La señora Totlalnantzin, Patricia Guerra, empieza a preguntar: ¿qué hay para las mujeres? Aparentemente la Danza de la Luna le llega a ella en una visión, y la complementa con todo lo que conoció y compartió con mujeres de las diferentes etnias que se reunió.

Tracy: ¿Cuándo comenzó la Danza de la Luna aquí y cómo fue su llegada como guía?

Abuela Ana Lucia: Llegamos a ese famoso ’92, que se hizo la primera Danza de la Luna, con la participacion de unas cuantas mujeres.

Cuando yo conozco todo esto, me toco  conocer la Danza del Sol en casa de la Abuela Isabel Quevedo, en 1995 en Cuernavaca. Cuando llegue a la Danza de la Luna, en los años 2000’s yo llegué, danzando, pero yo no traía atuendo. En la Danza del Sol se elige un jefe cada año. En el caso de la Danza de la Luna, se elegía una abuela… y es un cargo hasta que ella o ellas se retiran. Yo no había completado mi ciclo cuando me nombraron abuela. 

En principio cuando me dijeron que si quería dirigir la danza, les dije que no… Yo sentía que era imposible: vivía en Jalisco, tenía poco tiempo de vacaciones, era madre soltera y además trabajaba en mi profesión. Muchas veces pensé que no iba a poder sostenerlo, pero cada año regresaba. Lo que me sostuvo fue la convicción de que este camino era para mi hija y para las mujeres que venían detrás de mí.

Y cuando cumplí mi cuarto año, yo llegué ya como abuela de la Danza de la Luna… y me quedé. Y pues hasta ahorita esta es mi danza número 22, no he faltado ningún año.

Tracy: Como ingeniera, ¿qué encontró de “maravilloso” en este camino?

Abuela Ana Lucia: Soy muy disciplinada; muy de horarios estrictos.  Cuando empiezo a conocer la Mexicanidad, me doy cuenta que los valores de nuestros abuelos todavía perduran… Y no nada más hay ciencia, hay otras cosas que los ojos no ven. Yo quería dejarle a mi hija ese otro mundo, un mundo diferente de la competitividad, de solo el dinero o las cosas materiales.

Tracy: ¿Qué es —en la práctica— la Danza de la Luna?

Abuela Ana Lucia: La danza de la luna es una ceremonia principalmente dedicada a la energía femenina, conectarnos con lo sutil y los sentimientos y emociones. La danza es de noche en el Cerro del Tonan (Cerro Gordo). Preparamos el campo, y se tiene que cubrir lo económico. Las danzantes somos las que sostenemos la danza. También hacemos diferentes actividades para recaudar fondos, y también deberíamos aprender a recibir, porque es el trabajo y el tiempo de vida de la gente.”

Tracy: ¿Qué pide la danza y qué ofrece?

Abuela Ana Lucia: La danza nos prepara… nos enfrenta al sueño, al miedo, al frío. No se vale que subas a la montaña y regresar igual. En el círculo, nadie levanta los pies por mí. Yo soy la que lo tengo que hacer. Y eso nos da una fuerza de voluntad increíble… nos ayuda a entender cuando un camino no es el nuestro.

Tracy: Usted afirma que la Danza de la Luna fue pionera en el trabajo con mujeres.

Abuela Ana Lucia: Se hizo en los noventas, antes de muchos marcos del ‘femenino’… La danza nos hace entender la dualidad, la complementariedad. En la tradición hay roles, y se respetan; pero si falta alguien, nosotras hacemos esas funciones y el rezo sigue. Somos disciplinadas: para poder entrar a la ceremonia a danzar pedimos un año mínimo de servicio y preparación. No todos quieren eso en una sociedad de consumo rápido.

Tracy: ¿Puede compartir ejemplos de vidas transformadas?

Abuela Ana Lucia: Una compañera, su pareja le quitó, cuando su hija tenía dos años. ‘Si no hubiera tenido esta red de mujeres, yo no hubiera aguantado’, dijo. Investigadoras han cambiado sus temas hacia la perspectiva de género, y mujeres que no se concebían como madres han decidido tener hijos. Criando varones respetuosos de la figura femenina… Formamos guías: líderes conscientes y preparados.

Tracy: Un mensaje final, Abuela Ana Lucia, para quienes están pensando en integrarse.

Abuela Ana Lucia: Que tienen que ser como son, aprender su naturaleza… nadie va a hacer las cosas por ellas. Ellas pueden, ellas saben… Y si no pueden hacerlo solas, la Danza de la Luna les puede dar un muy buen apoyo.

🌙 Si recibes una invitación para participar

  • La Danza de la Luna no es un espectáculo público; la asistencia es solo por invitación.
  • Los roles incluyen danzantes, cantantes, guardianes del fuego, equipos de cocina y de apoyo.
  • Las contribuciones se realizan en forma de ofrendas de trabajo, alimentos y recursos.
  • Las danzantes ayunan durante las cuatro noches; las personas de apoyo pueden comer ligeramente.
  • El respeto a los protocolos es central: no se permiten fotos durante la ceremonia.
  • La próxima Danza de la Luna en Teotihuacán se llevará a cabo del 3 al 7 de octubre de 2025.
  • Para más información, consulta la página de Facebook: Metztli Mitotianiliztli Danza de la Luna

🌿 Glosario

  • Temazcal: ceremonia de purificación en el baño de vapor.
  • Huehue: gran tambor ceremonial.
  • Rezos: atados de oración hechos con tabaco y tela.
  • Nahui Mitl (Cuatro Flechas): símbolo de los cuatro rumbos sagrados.
  • Kalpulli: comunidad o grupo ceremonial.

Tracy L. Barnett

Danza de la Luna Teotihuacán


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  1. En estos tiempos modernos donde por consecuencia sistemática las mujeres nos hemos visto en la necesidad de trabajar no solo en casa, hemos ido desconectando de las emociones volviendonos inconscientemente más masculinas, la energía lunar y la danza entre femeninas nos ayuda a reencontrarnos con esa parte dormida, mi sueño es que se sigan tejiendo redes entre mujeres donde seamos capaces de vencer los egos, prejuicios, rivalidades que han surgido por esa separación de nuestra feminidad, impuesta y sistematica.
    Y el tiempo es ahora 🙌

    1. Muy atinada, mi querida y apreciada Cecilia… tu rezo es también nuestro rezo. Que sigamos tejiendo juntas esas redes de fuerza y sanación femenina. 🙏🌙

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