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Ecuador en llamas: Los pueblos originarios al rescate
By Riki Cevallos Posted in Activismo, Ecuador, Política on 14 octubre, 2025 0 Comments
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Del alza del diésel a los derechos humanos: el movimiento indígena desafía el autoritarismo de Noboa.

Nota de la editora – Actualización, 15 de octubre de 2025:
Desde la publicación original de este reportaje, la situación en Ecuador ha seguido deteriorándose. Organizaciones de la sociedad civil y medios comunitarios han emitido nuevas denuncias sobre lo que describen como terrorismo de Estado en el marco del paro nacional en curso. Aunque estos reportes aún no han sido verificados de manera independiente, reflejan las voces desde el territorio y la urgencia del momento.

Al final del texto principal incluimos una actualización especial elaborada por nuestro colaborador Riki: «Ecuador en Llamas: denuncias de terrorismo de Estado durante el paro nacional».

En algunos países europeos, un monarca con un rol simbólico ha servido ocasionalmente para llamar al orden cuando el gobierno se desvía de su esencia. En Ecuador, esa función la cumplen los pueblos originarios.

Desde principios de los años 90, cuando el movimiento indígena ecuatoriano se organizó a nivel nacional, sus integrantes han salido a las calles cada vez que se cruzan ciertas líneas rojas. Mientras tanto, la mayoría observa —y aprueba— desde sus hogares cómo caen gobiernos subordinados al capital financiero global o grotescamente corruptos.

Read this story in English. Ecuador in Flames: Indigenous Movements Rise to the Rescue

Foto: Octubre 2025. Martín Vasco Vinueza/Creative Commons.

Históricamente, los paros indígenas han gozado del respeto de los gobiernos. Los dos gobiernos de derecha anteriores al de Noboa enfrentaron movilizaciones indígenas y lograron manejarlas con respeto. Pero en el paro nacional actual, Noboa ha desatado una maquinaria represiva sin precedentes en la historia reciente del país: militares disparando contra civiles, un manifestante muerto y varios heridos en la primera semana del paro, bloqueo de cuentas bancarias de líderes indígenas y de organizaciones ambientalistas, y acusaciones de terrorismo contra manifentastes pacíficos, desarmados y sin antecedentes penales. Cada día del paro, decenas de manifestantes son encarcelados. Y hay un agravante que incluso el propio gobierno ha reconocido: los detenidos estaban siendo enviados de forma arbitraria a la cárcel de Esmeraldas, actualmente una de las más peligrosas del país.

En medio del paro, el comandante general del Ejército, Iván Vásconez, fue retirado de su cargo por decreto presidencial. Algunos medios independientes han sugerido que su salida podría estar relacionada con órdenes de fuego contra civiles, pero esa versión no ha podido ser corroborada por fuentes oficiales ni por medios de comunicación reconocidos. Lo cierto es que, bajo el gobierno de Daniel Noboa —quien se jacta de ser un “enemigo difícil”—, se ha consolidado un clima de represión y persecución hacia las voces disidentes, utilizando los mecanismos del Estado para silenciar la protesta social.

Esta movilización nacional no se debe únicamente al alza del precio del diésel —aunque en campaña Noboa prometió no tocarlo—. Al revelarse que dicha medida fue una exigencia del Fondo Monetario Internacional, quedó en evidencia que Noboa no sirve a los intereses de los ecuatorianos, sino a los de la banca global.

Sus declaraciones durante su reciente visita al estado genocida de Israel —donde afirmó que “Ecuador e Israel tienen los mismos enemigos”— desnudan su verdadera orientación colonialista y racista. Es un retroceso para un país que, hasta hace pocos años, era un referente de paz y legislación alineada con la gente. Cuando Noboa ganó sus primeras elecciones hace dos años, muchos albergaron la esperanza de que al menos podría devolver la seguridad al país. Pero la situación hoy es peor que entonces.

Foto: Conaie. Puyo, 6 de octubre.
Descontento popular con el gobierno de Noboa

La paciencia que merece un nuevo gobernante se ha agotado. Tras haber concentrado todo el poder —incluido el mediático—, el argumento, antes común, de que “no lo dejan gobernar” ya no encuentra eco en el inconsciente colectivo de quienes creyeron que Noboa sería el “Bukele ecuatoriano”.

Las críticas provienen de sectores muy diversos. Jaime Nebot, líder de la derecha ecuatoriana y exalcalde que transformó Guayaquil en una ciudad moderna, acusa al gobierno de priorizar el pago de la deuda externa por encima de las necesidades del país, como el abastecimiento de los hospitales públicos. 

Por su lado, el descontento de los pueblos indígenas se debe a que acusan a Noboa de someterse a las exigencias de la banca global y de repetir políticas diseñadas para mantener a América Latina en una condición de dependencia. Además, no le perdonan su apuesta incondicional al extractivismo y su evidente irrespeto a la madre naturaleza.

Recordemos que ya se realizó una consulta popular para preguntar si el Estado debía continuar explotando petróleo en el Parque Nacional Yasuní, y la respuesta fue un contundente “no”. Sin embargo, Noboa ha seguido adelante con la explotación. Otra consulta, esta vez en el cantón Cuenca, preguntó si los habitantes aprobaban la minería en su territorio, y la respuesta fue un rotundo “no”. Aun así, Noboa ha insistido en impulsar proyectos mineros en el Parque Nacional El Cajas.

Son dos ejemplos claros de cómo Noboa ignora la voluntad popular de la manera más vulgar y descarada, como diría Rubén Blades.

Photo: Facebook Conaie
La Constitución de Noboa

Ahora, el gobierno impulsa una nueva Constitución, argumentando que las leyes actuales no permiten combatir la delincuencia. Sin embargo, este argumento es claramente falaz: durante el gobierno de Correa, los índices de homicidios en Ecuador se redujeron a niveles comparables con los de Uruguay o Costa Rica… con la misma Constitución.

La estrategia de seguridad de Correa se basó en la gestión administrativa: creó mesas de trabajo interinstitucionales para coordinar esfuerzos en seguridad pública y estableció el Ministerio de Justicia, encargado de dar seguimiento a cada una de las denuncias policiales, asegurando que policías y jueces cumpliera su función —es decir, que no fueran sobornados por el crimen organizado.

La Constitución de 2008 estuvo profundamente influenciada por la cosmovisión de los pueblos originarios: reconoció los derechos de la naturaleza, consagró la soberanía alimentaria, protegió la libertad médica, instituyó la consulta previa para proyectos extractivistas y, aunque controvertida por invadir supuestamente el ámbito de las leyes ordinarias, prohibió los cultivos transgénicos en Ecuador.

Foto: Facebook Conaie

Aunque muchos la llaman “la Constitución de Correa”, en realidad no era tan afín a su gobierno. Las tensiones entre sus políticas y los mandatos constitucionales llevaron a Correa a enfrentarse con movimientos ambientalistas e indígenas. Sus gobiernos no respetaron plenamente principios como la soberanía alimentaria o los derechos de la naturaleza. Aunque durante su mandato también hubo persecución a líderes sociales, estas acciones palidecen frente a los abusos de poder y las rupturas del orden institucional cometidas por Noboa. Ni siquiera los peores dictadores sudamericanos llegaron a invadir una Embajada.

Es cierto que la Constitución actual podría mejorarse, dada la grave crisis de narcotráfico e inseguridad que vive el país. Pero dudo profundamente que el grupo político que hoy gobierna Ecuador esté a la altura de hacer una mejor Constitución.

Crecientemente, en todos los sectores se percibe que Noboa gobierna para beneficiar su imperio económico y congraciarse con poderes globales. Maneja el país en piloto automático mediante la manipulación mediática, la persecución de sus adversarios políticos y la compra de conciencias.

Y lo más triste es que todavía hay gente que cree en él.

Foto: Facebook Conaie
​​Ecuador en Llamas: denuncias de terrorismo de estado

Hace falta ser muy insensible y tener la sangre helada para no indignarse ante la brutalidad con la que el gobierno de Daniel Noboa ha decidido enfrentar el paro nacional. La fuerza que se esperaba que se desplegara contra el crimen organizado, que sigue operando con impunidad en las calles del país, se ha vuelto contra civiles desarmados. En la segunda semana de octubre, la situación en Ecuador ha escalado a niveles que recuerdan a las peores dictaduras.

7 de octubre — Convoy presidencial atacado en Cañar

El 7 de octubre de 2025, el convoy del presidente Daniel Noboa fue atacado en la provincia de Cañar mientras se desplazaba por el cantón El Tambo. El gobierno denunció un ataque con piedras e incluso balazos. Sin embargo, el alcalde de El Tambo había advertido previamente que el paso del convoy por esa zona era una provocación innecesaria y que debían tomar otra ruta para evitar tensiones . Esta versión, junto con las denuncias de que militares de civil podrían estar infiltrados para cometer actos de vandalismo, plantea serias dudas sobre la veracidad de la narrativa oficial.

8 de octubre — Carta abierta de CONAPE 

La Coordinadora Nacional de Medios de Comunicación Comunitarios, Alternativos y Populares del Ecuador (CONAPE) emitió una carta abierta el 8 de octubre de 2025, en la que denuncia el hostigamiento sistemático y las agresiones contra sus periodistas durante la cobertura del paro nacional. Estos comunicadores, que a menudo son la única voz de las comunidades marginadas, han sido blanco de la represión, lo que evidencia una estrategia de censura y control de la narrativa por parte del régimen .

11 de octubre — Sanciones a choferes de buses

En un intento por fracturar el apoyo popular al paro, la Agencia Nacional de Tránsito (ANT) anunció el 11 de octubre de 2025 sanciones severas contra los choferes de buses que transporten a manifestantes hacia los centros de protesta. Esta medida busca estigmatizar a los movimientos sociales y crear divisiones artificiales entre la población.

11 de octubre — Carta de la Federación de Barrios de Quito

La Federación de Barrios de Quito (FBQ) emitió una carta el sábado 11 de octubre de 2025, en la que acusa al gobierno de Noboa de llevar a cabo una “represión y masacre” durante el paro. La organización denuncia el uso desproporcionado de la fuerza militar en sectores populares como San Miguel del Común y Cuendina, confirmando que la violencia del Estado no se limita a las zonas rurales, sino que también azota a los barrios más humildes de la capital.

12 de octubre de 2025 — Represión en la marcha de Quito

Durante una movilización en Quito convocada por la CONAIE en el Día de la Resistencia Indígena, las fuerzas del orden desataron una fuerte represión en los alrededores de la Casa de la Cultura y el Parque El Arbolito. Los manifestantes fueron dispersados con gases lacrimógenos, perdigones y cargas policiales, pese a que la marcha se desarrollaba de forma ordenada. Organizaciones como Fundamedios denunciaron agresiones contra periodistas, y circularon videos en redes sociales —aún bajo verificación— que mostraban a civiles siendo atropellados. La CONAIE calificó la respuesta estatal como “tácticas de guerra” contra un pueblo en resistencia pacífica

14 de octubre  — Masacre en Otavalo

Los sucesos en Otavalo alcanzaron su punto más crítico el martes 14 de octubre de 2025, día 23 del paro nacional. Tras declaraciones del Ministro del Interior afirmando que “el paro se acaba porque se acaba”, las fuerzas del orden desataron una ola de violencia sin precedentes. Organizaciones indígenas y de derechos humanos han denunciado lo que califican como una “masacre”, con uso desproporcionado de gases lacrimógenos, disparos y una brutal invasión a domicilios para llevarse por la fuerza a jóvenes manifestantes.

Uno de los actos más simbólicos de esta represión fue el corte forzado del cabello a detenidos indígenas otavaleños. En su cultura, el cabello largo es un símbolo sagrado de identidad, resistencia y conexión espiritual. Este acto no es un simple abuso, sino una agresión directa a su identidad cultural .

14 de octubre — Muerte de un niño en invasiones a los hogares en Otavalo

Quizás la denuncia más desgarradora es la de la muerte de un niño en su casa en Otavalo el 14 de octubre, presuntamente asfixiado por los gases lacrimógenos lanzados indiscriminadamente por las fuerzas del orden. A esto se suman decenas de heridos de bala, como el periodista Edison Muenala , y reportes de una falta total de asistencia en los hospitales, que están colapsados y negando atención a los heridos de las protestas. Hay múltiples denuncias de casos de invasiones de militares a casas de familia en Otavalo a llevarse por la fuerza a jóvenes que participaron en manifestaciones.

14 de octubre — Pronunciamiento de eurodiputados

La gravedad de la situación no ha pasado desapercibida. Un grupo de 17 eurodiputados del Parlamento Europeo emitió una declaración pública en la que expresaron su “profunda preocupación” por la represión y la criminalización de defensores de derechos humanos y activistas en Ecuador durante el paro nacional.

Un presidente ausente

Mientras el país arde, Daniel Noboa se ha escondido tras una cortina de ministros, apareciendo solo en eventos controlados lejos del epicentro de la crisis. Su retórica, que califica las protestas como “actos de terrorismo”, contrasta con su ausencia para dialogar directamente con los líderes del movimiento. Esta actitud, sumada a las evidencias de violaciones sistemáticas a los derechos humanos, ha generado una percepción creciente, incluso en sectores antes neutrales, de que el gobierno de Ecuador está practicando abiertamente un terrorismo de Estado, violando su propia Constitución y todos los tratados internacionales de derechos humanos a los que el país está suscrito.

Nota sobre la verificación de estas denuncias: Algunas denuncias circulan primero en redes sociales o medios comunitarios. Aunque no estén validadas por grandes medios comerciales, deben tomarse en cuenta, especialmente en un contexto donde los grandes medios han mostrado una clara alineación con el gobierno de Noboa.

Riki Cevallos

Conaie Noboa Paro Nacional Indígena 2025


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