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Habitantes de Ahuisculco recibieron el Año Nuevo frente a excavadoras que amenazaban sus manantiales
By Tracy L. Barnett Posted in Medio ambiente on 8 enero, 2016 0 Comments
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La lucha por defender sus fuentes de agua cristalina podría no sólo haber conseguido que esta comunidad de Jalisco protegiera sus recursos naturales, también pudo haber unido a sus habitantes como nunca antes.

Tracy L. Barnett
Animal Político/ El Daily Post

Habitantes del pueblo de Ahuisculco, Jalisco, mantuvieron el campamento con el que buscan detener una construcción que podría dañar su fuente de agua potable, con refuerzos que llegaron para las fiestas decembrinas de lugares tan lejanos como California, Estados Unidos, para mostrar su apoyo.

“Ha sido muy alentador ver que nuestra gente siguió fuerte y comprometida, a pesar de que estos son días en que la mayoría quiere estar en casa con la familia”, dijo Juan Carlos Montes Medina, un veterinario local que se ha convertido en uno de los líderes del Comité de Defensa de Recursos Naturales de Ahuisculco.

El comité fue formado en septiembre en respuesta a las excavaciones realizadas en la zona de recarga de los preciados manatiales que proporcionan a su comunidad una cristalina agua potable natural, una rareza en México en la actualidad.

Los pobladores acaban de supercar la marca de los dos meses atrincherados en un campamento sobre la carretera que bloquea el sitio de construcción, con una carpa que funciona de capilla que alberga su preciosa Virgen de Ahuisculco.

Una empresa asociada con la gigante farmacéutica mexicana Pisa comenzó las excavaciones en septiembre para construir contenedores industriales masivos de melaza, justo aguas arriba de los borbollones de agua potable. Y después de casi dos meses de inacción del gobierno, los lugareños se encargaron, a principios de noviembre, de detener a las excavadoras estableciendo un campamento que bloqueó la construcción.

Los pobladores de la zona recibieron buenas noticias para celebrar durante las fiestas de fin de año. Primero, una reunión con el Rector de la Universidad de Guadalajara, Tonatiuh Bravo Padilla, quien mostró su apoyo al prometer evaluar cualquier estudio de impacto ambiental en el sitio,el cual debe hacerse antes de conceder un permiso de construcción por parte del estado; y segundo, representantes de la empresa manifestaron su interés en la propuesta de los vecinos para cambiar la parcela en cuestión por otra fuera de la zona en riesgo.

Contactado en la víspera de Año Nuevo, Montes dijo que el grupo se preparaba para reallizar otra fiesta de buen tamaño para recibir juntos el Año Nuevo.

“La gente está con todos los ánimos para recibir el nuevo año, y con las pilas al 100 para seguir dos o tres años más (la lucha), si es necesario”, dijo Montes poco antes de la celebración.

Sólo Montes e Ignacio Partida, otro de los líderes del comité, pudieron reunirse con los representantes de la empresa, así que solicitaron una audiencia pública en los primeros días del año para discutir el asunto con la comunidad. Sin embargo, el encuentro los dejó con la esperanza de que el objetivo de convertir el área en una zona natural protegida pronto podría ser una realidad.

“Todos estamos contentos con esta luz al final del camino, esperemos que pronto se resuelva esta situacion, pero estamos listos para seguir luchando el tiempo necesario”.

La parcela en riesgo se encuentra en el centro de un estrecho corredor de vida silvestre que conecta el Bosque Primavera, una reserva natural reconocida por la UNESCO en el borde occidental de Guadalajara, con la cercana Sierra de Ahuisculco, una reserva biológica aún más grande.

Es el corredor biológico más importante dada la conexión del Bosque Primavera con otros bosques. El objetivo de los habitantes del pueblo es que este corredor sea declarado un área protegida como el propia Bosque Primavera.

Las celebraciones por el Año Nuevo comenzaron con rosarios y oraciones para “La Chaparrita”, como cariñosamente llaman a la Virgen de Ahuisculco, pidiendole bendiciones, orientación y una solución rápida al problema para que la gente pronto pueda regresar a sus hogares y sus vidas.

Se quebraron piñatas, destaparon sidra, sirvieron pozolo y el Año Nuevo fue recibido con buen ánimo y con una guardia al rededor del fuego que duró toda la noche.

“Pasamos la noche charlando y riendo, una noche más en el plantón, una noche más sin dormir que valía la pena porque estamos defendiendo lo que es nuestro y lo que nadie nunca va a contaminar y mucho menos a llevarse”, escribió Salvador Ortiz, estudiante de ingeniería de Ahuisculco, quien prácticamente ha establecido su residencia en el campamento durante sus vacaciones.

Después de casi tres meses trabajando en el comité, Montes cree que la experiencia de mantener el campamento ha cambiado ya para bien a Ahuisculco, independientemente de lo que sucede en el largo plazo.

“Si hay algo que distingue a los mexicanos, es que estamos muy desorganizados, que somos muy apáticos, que nos la pasamos peleando con nuestros vecinos por cosas insignificantes”, reflexionó.

“Después de defender (el agua), la forma en que nos vemos unos a otros, la forma en que vivimos juntos, todo ha cambiado, nada va a ser lo mismo. Si (la lucha) nos ayuda a ser más unidos en nuestro pueblo, a desarrollar mayor respeto por la naturaleza, que es lo que hace que la vida aquí sea tan maravillosa, todo será para bien. Creo que vamos a ser capaces de encontrar una manera de vivir más sustentable con la naturaleza y a valorar más lo que tenemos. Tal vez también vamos a aprender a ser un poco más tolerantes unos con otros”.

Actualizaciones sobre el caso se pueden encontrar en las páginas de Facebook “Ahuisculco Se Defiende” y “Ahuisculco Notitas”. También hay una petición en Change.org, solicitando una revisión judicial del caso.

Para ver la versión original en inglés de este texto haga click aquí.

Tracy L. Barnett

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